sábado, 16 de diciembre de 2006

Dos horas para diez minutos

Sé que a veces me río de tonterias, más que nada para ocultarme a mi mismo las ganas de llorar que me invaden al notar cuanto has cambiado, tal vez debí poner más atención en que tu mirada ya no era para mí, y tu sonrisa congelaba a la mía, sé que fui un tonto al seguir pensando en nosotros, prometo que voy a intentar hacer todo lo posible porque no vuelva a suceder, voy a intentar tener siempre presente lo que me enseñaste: "Nada en esta vida es para siempre", y aunque estoy seguro que mi amor por tí hubiese sido por siempre si así me lo hubieses pedido, ahora sé que no me lo hubieses pedido así hubiese sido por siempre, suena mal, tal vez, sólo tal vez no sea cierto, pero no sé, por ahora no lo sé, y creo que tampoco deseo saberlo, me siento estúpido al buscar en las matemáticas calor de pareja, al intentar dedicarle a la programación versos de amor, pero pues así es mi vida desde que no estás tú y aunque parezca ilógico, así quiero que siga siendo, sólo espero no morir en el intento.

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