lunes, 27 de diciembre de 2010

Detalles

Siempre tendré presente tu sencillez e inocencia, cada día teníamos algo nuevo por lo cual sorprendernos, parecíamos dos recién nacidos que aprenden sobre el mundo, siempre llevo en la mente nuestra sorpresa por aquella rosa tan grande que conseguiste (hasta le tomamos fotos), por aquel bichito al que sorprendiste caminando sobre tu foto pegada a la pared, la adoración que le tenías a aquella rosa rosada que te regale por tu cumpleaños, tu cariño por esos pocos peluches que amabas y con los que me hacías reír a más no poder, recuerdo nuestros juegos, nuestras sonrisas, mi asombro por descubrir mi propio mundo, me hiciste salir de mi burbuja de unos y ceros rogándome que fuéramos a caminar por un atardecer interminable que sin embargo no fue suficiente para mí. No me pedías salidas caras ni comidas lujosas, todo lo que querías era mi brazo en tu espalda y varias horas para deambular por donde el destino nos quisiera llevar, siempre ame eso de ti, tu sencillez y tus ganas de vivir cada experiencia como si fuese la primera, tu manera de compenetrarte con todo lo que te ocurría y creo que la cosa con la que más te compenetraste y sorprendiste, tu rosa más grande, tu bicho más raro, tu peluche más gracioso fui yo.

Te amo con toda mi alma princesa.

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