miércoles, 8 de agosto de 2012

Maldades

Mirando aquellas antiguas fotos noto que tu sonrisa era sincera, tu faz de niña se iluminaba al solo sentimiento de compañía, hoy ya no puedo ni imaginarte de aquella forma, antes eras tan simple y tan misteriosa, hoy vas por el mundo derramando complejidad a tu alrededor, haciendo notar oronda que tú ya no eres aquella niña por descubrir, ahora eres la mujer que se conoce a si misma y que espera a alguien que se atreva a sortear las trampas de tu personalidad, trampas que yo conozco sin estar seguro de su existencia, que yo he sorteado algunas veces para poder llegar a tus labios y sobretodo a tu vida. Tal vez para mi fue fácil, aún eras una niña en proceso de autoconocimiento, aún eras una mujer que no conocía todas sus aptitudes, quiero imaginar que ahora eres consciente de tus ventajas (predominantes) que por ellas te das el lujo de llamar y plantar a quien se te da la gana (incluyéndome), quiero pensar que aún estas en proceso de controlar esos impulsos nuevos para tu entendimiento, pero a pesar de eso me gusta imaginar aquellos días en los cuales tú eras la fierecilla indomable que se volvió dócil entre mis brazos, que se abrigo al calor de mis besos que encontró su lugar en el mundo a raíz de la verdades que yo no cesaba de cantarte a los cuatro vientos, extraño los momentos de nuestros abrazos, de nuestras complicidades, de aquellas tardes infinitas entre tu sonrisa y mi incredulidad frente a tu persona, extraño todo aquello, y lo peor es que siempre viviré con ese recuerdo tuyo en el corazón a pesar de saber que ahora tu eres ya una persona completamente ajena a aquella que hoy describo.

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